Subsidiariedad y Privatización de la Educación
A treinta años de la aplicación de la Ley General de Universidades de 1981 (lo que significó no sólo la autonomización de los Institutos Pedagógicos, sino también la pérdida de influencia de la Universidad de Chile a nivel nacional) y de la municipalización de la educación escolar, es posible afirmar que el programa de descentralización (que no fue sino una estrategia de privatización) aún en vigencia representó, y sigue representando, un verdadero golpe en contra de la educación pública, al imponer a las instituciones de propiedad estatal del nivel terciario el autofinanciamiento como base de su desarrollo institucional a causa de la disminución progresiva del Aporte Fiscal Directo; y al imponer a los establecimientos escolares dependientes del Estado una administración no ya estatal, que asegurara su desarrollo institucional, sino una municipal, la cual, en la práctica, se encuentra sujeta a la voluntad política de los Alcaldes.
Bajo estas consideraciones proponemos discutir en torno a los siguientes ejes temáticos:
a) La posibilidad que tendrían las universidades tradicionales de sostener un compromiso público bajo las condiciones del autofinanciamiento, es decir, de la arancelización de sus carreras.
b) Pérdida de la autonomía universitaria debido a la dependencia de los intereses de quienes la financian (empresas privadas que financian estudios).
c) Desentendimiento del Estado respecto de la educación pública escolar a partir de la transferencia de las escuelas y liceos estatales a las municipalidades.
d) Reconceptualización de la idea de lo público y lo privado en educación a partir de su privatización.
e) Contradicción que representaría la idea de una universidad privada con sentido público y la de una universidad pública que selecciona a los estudiantes de acuerdo a sus ingresos económicos.
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