Transformación del Estado Desarrollista en el Estado Mínimo neo-liberal: Rol del Estado en Educación desde la perspectiva del programa de desarrollo nacional.
El Estado fundado por la Constitución de 1925 se proyectó, en su tendencia general, durantes las décadas siguientes como un agente promotor y partícipe del desarrollo de la producción y el comercio nacionales. En términos generales, podríamos afirmar que el Estado asume, a través de la creación de la CORFO en 1939, un proceso de industrialización y crecimiento de un mercado interno con el objeto de sustituir las importaciones, plan que, podríamos afirmar, se sostuvo, con momentos de mayor y menor incidencia, hasta el Gobierno de la Unidad Popular. En suma, desde una perspectiva general, se puede sostener que, en nuestro país, el desarrollo de la sociedad, impulsado desde el Estado, aparece en última instancia como el desarrollo de sus miembros, es decir, del individuo, de manera que se produce una correspondencia del desarrollo individual y nacional con la intervención estatal.
Este proceso exigió la calificación de los individuos en función de la apertura de nuevas ramas de la producción, articulándose a la educación en virtud de estas nuevas necesidades, cuyo ejemplo más notorio estaría dado por el fortalecimiento de la educación técnica durante la Reforma Educacional de Frei Montalva en 1965 y también durante el Gobierno de Salvador Allende.
No es hasta fines de la década de los años cincuenta que surge un pensamiento económico en condición de refutar la identidad entre desarrollo nacional e intervención del Estado. Con el convenio entre la Pontificia Universidad Católica y la Universidad de Chicago, en 1956, se forma una generación de economistas, los llamados Chicago Boys, bajo la concepción de Milton Friedman, quien esgrime una crítica a Keynes y a toda teoría que plantease la intervención estatal como fundamento del progreso económico a partir de la consideración del individuo como el verdadero sujeto del desarrollo nacional, en virtud de lo cual no sólo se exige un repliegue del Estado y la apertura a la iniciativa individual en la mayoría de las ramas de la producción, sino que además la conversión de las llamadas necesidades sociales (educación, salud, previsión, etc.) en ámbitos de capitalización.
El fin del plan de sustitución de las importaciones, claramente, supone una nueva estrategia económica y, por tanto, una rearticulación de la función y sentido de la educación en concordancia con la redefinición del programa de desarrollo nacional. Actualmente y en gran medida a causa de la libertad de enseñanza y la autonomía universitaria, la formación de profesionales no responde a una regulación del Estado en virtud de una estrategia de desarrollo, sino que, casi exclusivamente, a la libre decisión de las distintas casas de estudio. Como consecuencia, entre otras, se han ofrecido carreras sin campo laboral o una cantidad de egresados que el actual desarrollo productivo del país no podrá absorber.
En relación a este punto proponemos una discusión referida a los siguientes tópicos:
a) Fundamentos del actual programa de desarrollo nacional y su relación con la educación en todos sus niveles.
b) La posibilidad de articular las libertades individuales con las necesidades nacionales, es decir, el interés privado con el interés colectivo en un contexto de total ausencia de regulación por parte del Estado.
c) El sentido y orientación actual de la Educación en relación al plan de desarrollo nacional y al modelo económico vigentes en el país.
d) Posibilidad de una articulación entre los distintos niveles de la educación en vistas a la formación de profesionales en un contexto en el que se garantiza la libertad en la elaboración de diversos proyectos educativos.
e) La formación de profesionales de la educación en vistas a la oposición entre ambas estrategias de desarrollo nacional.
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