Constitución política de 1980
La discontinuidad más clara que inicia la Dictadura respecto de la tradición de la educación chilena, se produce con la Constitución de 1980 en la que puede leerse que el Estado no reconoce en todos los niveles de la educación un interés nacional, y por tanto no garantiza desde sus propios organismos ni mediante la gratuidad su satisfacción. Por otro lado, esta redefinición del Estado, significa en términos educativos que éste va transfiriendo paulatinamente su función educadora a los privados que estén interesados en asumirla en base a la libertad connatural que tendría todo individuo de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales. Definida y fundamentada así la Libertad de Enseñanza, el Estado debe dejar espacio para la realización de la llamada iniciativa privada, lo que es posible propiciarlo sólo a partir de su repliegue en materia educativa. De ahí que éste no aliente ni se proponga la creación de un Sistema Nacional de Educación de carácter gratuito y que se empeñe en subordinar la Educación Pública a la Privada.
En virtud de estas consideraciones planteamos una problematización en los siguientes términos:
a) Fundamentos del nuevo rol impuesto al Estado en materia educativa.
b) Distinciones respecto del rol que asumió hasta antes de su redefinición durante la Dictadura Militar.
c) Papel de la educación privada en Chile en este nuevo escenario.
d) Paso de la relación subordinante de la Educación Pública respecto de la Privada a la de la Privada respecto de la Pública.
e) Modificaciones de las exigencias legales para la apertura de establecimientos privados de educación: la creación de las llamadas entidades sin fines de lucro.
f) Posibilidad de crear un currículo unificado a nivel nacional tanto para la educación escolar como para la formación de profesionales, bajo una Constitución Política que entrega a los centros de enseñanza la libertad de desarrollar sus propios proyectos educativos.
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